jueves 31 de octubre de 2024 - Edición Nº2157

Política y Economía | 19 feb 2021

Cristina: la mujer más amada y odiada del país

Cristina Fernández de Kirchner cumple 68 años entre adhesiones y reclamos. Para muchos es una de las mujeres más importantes de la historia del país y para otros la causante de todos los males de los argentinos. ¿Cómo puede haber visiones tan distintas de una misma persona?


Podríamos empezar esta nota diciendo que Cristina conoce de divisiones políticas casi desde la panza de su madre. Su papá, era abiertamente antiperonista y su mamá todo lo contrario, por lo que conoce la grieta mejor que nadie.  Lo que jamás imagino, creo, es que esa grieta iba a radicalizarse tanto con el correr del tiempo y marcaría su vida ara siempre.

Cristina nació en La Plata, se recibió de abogada y en plena carrera conoció a Néstor Kirchner, con quien se casó y se instaló en Santa Cruz. Allí construyó un imperio con quien fue su marido hasta 2009, cuando repentinamente murió en medio de un día particular para los argentinos, ya que se realizaba el censo nacional.  

Tras varios años de mandato provincial, Néstor y Cristina llegaron a manejar el país tras la crisis de 2001, transformándose Kirchner en presidente en 2003.Al terminarse el mandato de su marido, fue ella quien asumió la presidencia entre 2007 y 2015 despertando amores y odios por igual.

Para muchos es la mujer más influyente de la política nacional. Inclusive por encima de Eva Perón. Para otros es “la yegua”, “la puta” o “la viuda”, como ella mismo dijo en varias oportunidades. Lo cierto es que su figura no pasa desapercibida desde hace mas de 30 años, lo que significa que su influencia en las masas ha marcado una época.

Sus enfrentamientos con grandes corporaciones, con la justicia y los medios de comunicación hegemónicos son tan recordados como las causas de corrupción, las obras incumplidas y la búsqueda de una igualdad inexistente.

El final de su mandato en 2015 parecía que terminaba con su carrera política. Denunció ser víctima de una persecución policial y judicial que terminó con varios de sus compañeros de partido en prisión, pero a ella jamás pudieron encarcelarla. ¿Por qué no pudieron? Para muchos porque fue muy prolija a la hora de cometer delitos. Para otros, porque ninguna de las acusaciones que pesaron sobre ella tenían un sustento verídico.

Cuando parecía retirada, tuvo una jugada maestra para que el peronismo vuelva a gobernar. Cuando todos imaginábamos que sería la candidata para las presidenciales de 2019, buscó en Alberto Fernández una figura más moderadora que permita reunir a diferentes actores del peronismo.

Su vuelta al poder la encuentra despertando los mismos amores y odios que antes, aunque con un perfil más bajo que no les permite a sus enemigos tener demasiadas herramientas por donde atacarla. Pese a su poca exposición, su fuego interior parece más vigente que nunca, y sigue siendo un animal político de esos que ya no abundan…

 

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