

Brasil vive momentos cruciales en la pelea por la presidencia. Con el presidente Bolsonaro buscando llegar a un ballotage y con el ex presidente Lula contando los días para volver al gobierno, la curiosidad para los analistas es la enorme cantidad de candidatos que logró imponer la comunidad LGTB+ en las distintas listas, algo impensados años atrás.
Las elecciones de este año en Brasil llegan con un condimento característico distintivo: 269 candidaturas LGBT+ que se presentan a través 21 partidos, un número récord en la historia del país. El dato lo dio a conocer la organización no gubernamental VOTE LGBT, que desde 2014 trabaja por la inserción política de esta comunidad. “La intención de ocupar los espacios de poder se presenta como una estrategia de sobrevivencia", explicó la investigadora e integrante de Vote LGBT, Evorah Cardoso.
De las 269 candidaturas que tendrán ganadores en octubre próximo, el 37,98 por ciento tiene entre 30 y 39 años; y en su mayoría pertenecen a los partidos del Partido de los Trabajadores (PT - 34,11), Partido Socialismo y Libertad (PSOL 34,11) y al Partido Socialista Brasileño (PSB 10,47), por lo que el espectro ideológico está ocupado en su mayoría (en un 82,17%) por candidaturas de izquierda; 15,89 responden al centro y 1,94 están identificados con partidos de la derecha.
Después de la llegada de Lula al poder en 2003, los temas de género y sexualidad se convirtieron en temas de disputa para la lógica electoral y, por lo tanto, son un punto importante para ganar votos en tiempos de discusiones significativas sobre la representación política.
El próximo 2 de octubre unas 156,4 millones de personas podrán votar para elegir presidente, 27 gobernadores de estados y del Distrito Federal, 27 senadores y senadoras, 513 diputados y diputadas federales. También deberán elegir legisladores para los congresos y legislaturas locales. Los desafíos no son pocos en un contexto en el que la violencia política hacia esta comunidad marcó un hito poco antes del inicio del Gobierno de Jair Bolsonaro con el asesinato de Marielle Franco, la diputada negra, lesbiana y favelada de Río de Janeiro. Aunque el movimiento “Ele Nao” pretendió ponerle un freno para que acceda al poder, no se pudo frenar su presidencia.
Brasil es un país marcado por la homofobia fuera de las grandes capitales, donde la iglesia y el ejercito (tan funcionales como fieles a la extrema derecha del país) han desarrollado un odio visceral para la comunidad LGTB+. Con el correr del tiempo, la historia parece empezar a cambiar lentamente en un país donde no todo es samba, carnaval y alegría.