![Aumentan los sueldos de los estatales platenses](./uploads/noticias/3/2024/04/20240406104127_municipalidad.jpg)
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La escena resultó entre dantesca y grotesca. Un detenido intentando cumplir con una prisión domiciliaria es repudiado por sus propios vecinos y termina otra vez en la cárcel. Le sucedió a Lázaro Báez, se transformó en un show mediático y desató que la grieta entre kirchneristas y antikirchneristas se amplíe un poco más aún.
La situación que se plantea es clara y desata un sinfín de conjeturas acerca del futuro. Está claro que Báez no podrá vivir en ese Country y deberá buscar otros rumbos. Está sindicado por una gran porción del país como un fiel exponente de la corrupción kirchnerista y la condena social que pesa sobre él es mucho mas dura que la condena judicial.
Ahora bien, ¿son los vecinos de Báez los que pueden definir si lo quieren o no dentro del Country? Seguramente, aunque no de la manera que lo hicieron este lunes, con una barricada televisada a través del principal canal opositor al gobierno. Las formas parecen establecerse en torno a una asamblea del consorcio para terminar con su estadía en el lugar.
La situación ha desatado innumerables lecturas políticas y judiciales acerca del funcionamiento de las leyes del país. ¿Es más fuerte la condena social que la judicial? Todo hace indicar que sí. Al menos para Lázaro Báez.