viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº1969

Deportes | 12 jul 2022

El descontrol en el patio de casa

Después de la final en Madrid, la Copa Libertadores se volvió un karma para Boca. Ha buscado por todas las formas quedarse con el trofeo y fracasó sistemáticamente. Echó entrenadores, tuvo graves problemas de indisciplina y una gravísima falta de conducción del Consejo de Fútbol. Una obsesión llamativamente peligrosa.


Cuando Boca vivía otras épocas y se debatía entre ídolos reales, Riquelme sacó a relucir su fanatismo "made in Boca" ante los importados Guillermo Barros Schelotto y Martín Palermo.  “Ellos son de La Plata. No conocen bien a Boca. Yo en cambio me crie acá, jugar en a Bombonera es como jugar en el patio de mi casa”, sentenció.

Hoy, el patio de la casa de Román está dinamitado. La obsesión por ganar la Copa tras la derrota en Madrid se ha vuelto un karma se lleva puesto a ídolos, entrenadores, referentes y más. La idea fija de Boca y la Libertadores repercute en el día a día del Club, que ve como los problemas se multiplican y el tan ansiado título no llega.

Riquelme pareció garantizar el proceso de normalización Xeneize. Nada ello sucedió. Armó un club de amigos (que además son soberbios y se portan mal) para manejar el fútbol, echó entrenadores del riñón del club que, aun habiendo sido campeones del torneo local, no cumplieron con el objetivo de la Libertadores y no puede controlar a un plantel con enormes problemas de conducta fuera de la cancha.  

Para colmo de males, al ser un año de elecciones en el club, el cimbronazo de quedar fuera de la Copa se multiplica en pintadas y política, que exponen a Román y su grupo de trabajo un poco más de lo que está.

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