

“Seré un dinosaurio, pero no me arrepiento y me hago cargo”. Con esas palabras, Miguel Ángel Pichetto, quien fuera candidato a vicepresidente de Mauricio Macri en 2019, se refirió a sus declaraciones contra la ministra de las Mujeres, Ayelén Mazzina.
Más allá de la polémica, el dirigente peronista negó alguna vez haber discriminado a alguien por su orientación sexual: “Nunca he hecho ningún tipo de discriminación a ningún tipo de identidad sexual. Creo en el derecho individual”, añadió.
“El Ministerio de la Mujer (sic) está en manos de una chica que es lesbiana, podrían haber puesto a una mujer”. Esta frase discriminatoria y lesbofóbica de Miguel Ángel Pichetto, en el marco de su opinión sobre el asesinato de Lucio Dupuy y el rol de Ayelén Mazzina, continúa sembrando críticas entre la dirigencia política, en organismos como el Instituto contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) y en referentes feministas como la abogada Nelly Minyersky, la diputada Mónica Macha, presidenta de la Comisión de Mujeres y Diversidades de Diputados, la socióloga e investigadora Dora Barrancos y la escritora Claudia Piñeiro.